El siguiente texto es parte de una reflexión pedagógica que como docente y formadora de futuros profesores no puedo dejar de hacer.
La sociedad del conocimiento y la globalización han ido desarmando los paradigmas de la educación. Niños, niñas y jóvenes han cambiado sus formas de aprender, generando incertidumbres y obligándonos a generar cambios en nuestra forma de enseñar. Así, el solo uso de metodologías tradicionales que ponen énfasis en el dato y en su memorización, ponderando la retención de contenidos por encima de otros aprendizajes; que castigan el error y desdeñan las experiencias de vida de los estudiantes (Kaplún, 1998) y donde su voz tiene poca cabida, o que como dice Prieto Castillo, cancelan sus oportunidades de expresión (2000), parece tener fecha de caducidad.
Cambiar las prácticas educativas en el contexto actual, contexto en el cual los jóvenes están plenamente insertos, no resulta fácil para los profesores.
Es en este sentido, que el celular y otras tecnologías, así como el constante uso de imágenes en redes sociales, parecen ser los invitados de piedra en las aulas del sistema educativo contemporáneo. No obstante, en una nueva mirada educativa más flexible, estos instrumentos y estrategias tecnológicas pueden pasar de ser el enemigo público a plantearse como un mediador comunicacional entre nativos e inmigrantes digitales; del mismo modo también pasan a ser una poderosa plataforma para el aprendizaje de los y las estudiantes. Es probable que, desde el punto de vista educativo, mediar en la era de las tecnologías implique enfrentar el desafío de moverse con ingenio entre la palabra y la imagen, el libro y los dispositivos digitales, la emoción y la reflexión, lo racional y lo intuitivo (Balestrini, en Piscitelli, et. al., 2010, p. 35).
Por esta razón como profesora he tratado de incorporar estas tecnologías en el aula de diversas formas.
Una de estas actividades y que quiero compartir con ustedes, ha sido “Indagar biología a través de memes”. Esta actividad surgió de forma natural el 2017, desde las mismas clases de biología donde utilizaba memes como estrategia de motivación extrínseca para promover aprendizajes. Muchas veces, los estudiantes no entendían el significado, ni el contenido de los memes científicos, y requerían de entenderlos para reír con el grupo curso. Entonces, me solicitaban que les explicara los conceptos biológicos y si bien, algunas veces se los explicaba, consideré que era una buena estrategia didáctica para promover la investigación en Biología. Fue así como en conjunto con los estudiantes decidimos realizar un trabajo de investigación de los conceptos que mostraban los Memes.
Los memes facilitan la transmisión de ideas de una manera coherente, sintética, alternativa y entretenida; promueven la creatividad; impulsan el pensamiento crítico; promueven la curiosidad natural de los estudiantes por indagar y nos permiten a nosotros comunicarnos con los estudiantes en su “mismo idioma”.
Al utilizar los memes de manera a favor del contexto de aprendizaje, los estudiantes se sienten directamente interpelados, por lo que expresan sentirse más cómodos, aumentando su atención, motivación e iniciativa por indagar. Y sus trabajos dieron cuenta de ello.
Hoy, invito a TODOS los docentes a repensar nuestra forma de enseñar, a atreverse a innovar para producir nuevas actividades de aprendizaje. Los memes son sólo una forma de hacerlo y estoy segura que ustedes podrán crear y desarrollar muchas otras actividades más. ¡Perdamos el miedo a lo desconocido! ¡Compartamos lo hacemos y cómo lo hacemos!
Karin González Allende: Académica del departamento de Estudios Pedagógicos de la Universidad de Chile. Tras 21 años de experiencia, Karin González se desempeña como docente en Trewhela´s School y Liceo Experimental Manuel de Salas. Además de dictar clases en la Universidad de Chile. Esta doble milicia, entre el contexto escolar y universitario, le ha permitido "mantener los pies en la tierra" al formar a los futuros profesores.
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