Para aprender de forma contextualizada, los niños del Jardín Infantil Piolín están explorando la milenaria cultura chinchorro que habitó las costas del norte de Chile.
Para aprender de forma contextualizada, los niños del Jardín Infantil Piolín están explorando la milenaria cultura chinchorro que habitó las costas del norte de Chile.
Muy cerca de las casas de los niños que asisten al Jardín Infantil Piolín en la Región de Arica y Parinacota en Chile, están enterradas las momias más antiguas del mundo (incluso más que las egipcias): las momias chinchorro. Gracias a las educadoras del jardín, los niños tuvieron la oportunidad de acercarse a ellas y a su cultura milenaria –aquella que habitó las costas del norte de Chile hace muchísimos años–, a través de diferentes actividades programadas en el marco de un currículo flexible. El objetivo de las educadoras es que los niños aprendan y aprecien progresivamente la existencia de la cultura chinchorro y para ello, desarrollan experiencias de enseñanza y aprendizaje que incentivan el interés de los párvulos hacia sus costumbres, su alimentación, sus formas de vida, entre otras cosas.
Para lograr los objetivo propuestos, ha sido indispensable crear espacios educativos culturales donde los niños y sus familias pueden actuar como miembros parte de esa cultura ancestral. Un ejemplo de esto son las salas-taller, un ambiente pedagógico donde se aplica el conocimiento de la cultura chinchorro. Para esta se acondicionó una sala no habitada del jardín infantil, donde las educadoras generan espacios en los cuales se practican diversas técnicas artísticas, como pintura en piedras (petropicto), creación de figuras de piedra sobre arena (geoglifos), confección de vasijas de greda, collares de conchuelas, lanzas de cartón y decoración de arpilleras. A través de actividades como estas, los niños han logrado descubrir el tipo de vida que tuvieron estos habitantes y se han acercado a un legado histórico-cultural muy importante.
Visitas a sitios arqueológicos, creación de vasijas, ambientación de espacios, exploración de diversos materiales, réplicas de momias y representaciones artísticas, son solo algunas de las actividades que surgen de este innovador proyecto inspirado en la cultura chinchorro. El carácter dinámico y creativo de esta idea instalada en el jardín ha despertado un gran interés en los niños quienes ahora entienden el medio natural y cultural de una forma diferente.
“Las educadoras intencionan un ambiente educativo para que los niños puedan expresar sus inquietudes e hipótesis con el propósito de construir sus propias respuestas a través de la investigación y la exploración”. (Experiencias pedagógicas innovadoras en los jardínes infantiles, JUNJI, Pág. 216).
Además de indagar y descubrir elementos de sus antepasados explorando la historia, los niños del Jardín Infantil Piolín han podido desarrollar también aspectos valóricos al rescatar y explorar diversas expresiones culturales que les han permitido comprender la diversidad y desarrollar el respeto por todas las personas.
Experiencias pedagógicas innovadoras en los jardínes infantiles, JUNJI, Pág. 216
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