Hoy decidimos hablar de un tema cada vez más popular: el Yoga de la Risa. Para eso entrevistamos a Claudio Ortega Pérez, Maestro Internacional de Yoga de la Risa y fundador del Proyecto Educativo Sonrisas de Paz. Esto fue lo que nos contó. ¡A reír!
Entre 2005 y 2007, Claudio Ortega trabajaba como profesor de enseñanza básica en la Quinta Región. En ese entonces, le propusieron participar en unos talleres de aprendizaje que buscaban incrementar los puntajes SIMCE. El foco de los talleres estaba puesto en lo cualitativo más que en lo cualitativo, entonces Claudio tuvo algunas inquietudes personales con respecto a esto. Como educador, él quería darle más importancia a los valores como la solidaridad, el compañerismo, la generosidad, la alegría y el amor, así que pensó en cómo podía llegar a implementar un sistema a través del cual se pudiera generar un estado de bienestar que no se basara en la competencia como tal. Así nació el Proyecto Sonrisas de Paz y la idea de utilizar el Yoga de la Risa como un vehículo poderoso de transformación.
El Proyecto Sonrisas de Paz
Pensando en la necesidad de trabajar la salud del cuerpo y el alma, Claudio impulsó el Proyecto Sonrisas de Paz, una idea cuyo motor es la alegría a través de sesiones de yoga y que está abierto a cualquier actor social que desee implementarlo; es un proyecto transversal a cualquier disciplina y área. De hecho, como Maestro internacional de Yoga de la Risa, Claudio ha logrado certificar profesionales del área educacional, social, judicial, del área de la psicología, del arte, entre otras. Además ha trabajado con organismos judiciales, de la salud, universidades, municipios, escuelas, colegios, liceos y jardines infantiles de Chile y México; alumnos, padres, apoderados y por supuesto, profesores.
El Yoga de la Risa en clase
Además de cambiar el estado de ánimo de una persona en sólo minutos, el Yoga de la Risa activa el bienestar y el estado de ánimo al permitir la liberación de la llamada “hormona de la felicidad” (endorfina). También ayuda a concretar actividades de forma efectiva, reduce el estrés y fortalece el sistema inmunológico. Pero la práctica va incluso más allá; a través de las posturas y la respiración, el Yoga de la Risa contribuye a mejorar el rendimiento en la escuela, promoviendo las emociones positivas que hacen que el cuerpo y la mente estén en equilibrio. La oxigenación en las sesiones de yoga contribuye a estimular las capacidades cognitivas de niños y adultos, fortaleciendo así la capacidad de memoria, atención y concentración. Reír, dice Claudio, propiciar espacios saludables de solidaridad y compañerismo que reducen el Bullying (en los niños) y el estrés y el agotamiento (en profesores).
“Los estudios científicos confirman que nuestro cerebro necesita un 25% más de oxígeno para alcanzar un funcionamiento óptimo. Los ejercicios ayudan a mejorar la eficiencia y el rendimiento, aumentando la energía para desarrollar eficazmente las tareas, metas, proyectos y desafíos personales o grupales”, asegura Claudio.
Profesores: ¡A hacer yoga!
Los profesores son modelos, son guías y sus actos tienen un gran impacto en los niños. Promover entonces actividades que refuercen el bienestar y la felicidad, dice Claudio, es un factor decisivo en la vida de un niño para avanzar con confianza en la búsqueda de proyectos y nuevos desafíos. Que un profesor aprenda a manejar el lenguaje de la risa y la sonrisa, abre un mundo de posibilidades en el contexto escolar. Para hacer énfasis en este punto, Claudio habló de Bután, un país pionero en la creación del Ministerio de la Felicidad y en la dirección de políticas públicas bajo este eje, donde las técnicas de meditación como el Yoga de la Risa, son un hábito. En Bután, cuenta el Maestro, los niños meditan con sus docentes durante 10 o 15 minutos, tiempo perfecto para reducir el estrés de forma considerable.
“Así, la escuela se transforma en un lugar para compartir situaciones de felicidad y alegría, donde las reuniones o consejos son instancias de regocijo, donde las conversaciones se centran en la idea de enraizar un lenguaje de no violencia. Si promovemos más alegría y amor en el aula, obtendremos un desarrollo integral -de niños- centrado en el respeto y reconocimiento de sí mismos, de los otros, y del medio ambiente”.
¿Y qué es lo primero que necesita un profesor para implementar sesiones de Yoga de la Risa en Clase? Escuchar a ese “niño interior” que invita a liberar el miedo a través de la risa. Además de entender que es un instrumento fácil y económico. Todos podemos reír y esto significa que el Yoga de la Risa se podría implementar en cualquier institución educativa para motivar a los niños, promover la actividad física, desarrollar sus emociones, explotar su potencial y mejorar su rendimiento académico.
El mensaje de Claudio a todos los profesores
“Nuestras carcajadas nos unifican, nos hacen vibrar y desarrollarnos como seres de amor, ya que el miedo se libera, y cuando esto ocurre las barreras se rompen, permitiéndonos avanzar con firmeza en cada uno de los proyectos y retos que la vida nos presenta. Yoga de la risa utiliza el concepto; risa (cuerpo), humor (mente) y amor (espíritu). Todos podemos reír, y al reír nos desapegamos de todos los límites que cierran las puertas de la felicidad. Me certifiqué como Líder y posteriormente como Maestro de Yoga de la Risa en Chile, para mostrar con hechos que nuestro mundo puede cambiar, y que las historias tristes de la humanidad pueden perder protagonismo, a través de una educación basada en la alegría, donde un paso pequeño puede llevar a grandes transformaciones. Hoy estoy sembrando sonrisas para cosechar risas que darán paz y alegría a este bello mundo. Invito a todos a reflexionar que la oxigenación no sólo sea la que hacen los árboles, sino también la que hacen las carcajadas.
JAJAJA… JOJOJO, PAZ MUNDIAL A TRAVÉS DE LA RISA”.
Claudio Ortega
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