Aquí les dejamos diversos proyectos que surgieron durante 2020, en el que el cine se mantuvo presente a pesar de la pandemia y en distintos formatos.
Durante el año 2020, profesores y profesoras del Programa Escuela al Cine de la Cineteca Nacional de Chile, se vieron obligados a transformar sus experiencias de aprendizaje en la modalidad de clases línea, debido a la pandemia por el Covid-19. Por ello, tuvieron que transformar sus experiencia del Cine Club Escolar.
En el proceso de adaptación, hasta surgieron algunas iniciativas que mezclan nuevos medios de comunicación, cine y vinculación con el currículum escolar. Aquí, gracias a la colaboración e información de Cineteca Nacional de Chile, les presentamos los diversos formatos y proyectos que surgieron durante 2020, que pueden servir de referencia para los nuevos proyectos escolares.
Whatsapp, Zoom y Meet como herramientas para un cine club en línea
Para muchos profesores, el espíritu de Cine Club se mantuvo exclusivamente a través de WhatsApp. Sin embargo, algunos pudieron organizar sesiones regulares de taller en plataformas de videoconferencias como Zoom o Google Meet.
Uno de los primeros profesores en implementar un nuevo sistema de comunicación fue Julio Binimelis de Concepción. Difundió dinámicas audiovisuales a través de Instagram en una invitación abierta. Así, logró la activa participación de sus estudiantes en actividades con un sentido recreativo.
Evelyn Díaz, de Rancagua, elaboró un plan para un Cine Club abierto a toda la comunidad educativa: otros profesores, otros trabajadores del colegio, apoderados y estudiantes. Se basó en "¿Cómo se hace una película?" de Radivoje Andric, un libro facilitado por el Centro de Recursos para el Aprendizaje de de la Cineteca Nacional de Chile, para hacer tres sesiones al mes junto otros cinco monitores.
Colaboradores externos y la transformación de la ideas, como otras formas para hablar de cine
Otra estrategia que usaron algunos docentes, fue invitar a ex-alumnos a talleres con estudiantes más jóvenes. El objetivo fue que actuaran como tutores en el proceso de aprendizaje, sobre todo aquellos que optaron por estudiar carreras del área audiovisual. Los profesores Andrés García de Quillota, y Lenka Suárez de Quinta Normal, son algunos de los que optaron por este método.
A pesar de no estar en una sala de clases, el trabajo de taller en muchos casos se pudo mantener para estudiantes de enseñanza básica y media. Por ejemplo, Cristopher Miranda, de Copiapó, enfocó el trabajo de su taller en ejercicios básicos de animación para los más pequeños, como la elaboración de taumatropos, zoótropos, linternas mágicas y stop motion.
En cuanto a qué contenidos desarrollar, surgieron muchas ideas nuevas. Ernesto Cuadra, profesor de Santiago, ejercitó junto a sus estudiantes el documental autobiográfico, creando relatos sobre la creación de un cómic en el que se presentan hechos históricos del siglo XIX y cómo se relacionan con el presente.
Dorys Chandía, de Ancud, implementó junto a su equipo "R-evolución Darwiniana", una revista que se nutre de los materiales realizados por estudiantes en cada asignatura, donde el cine ocupa un papel fundamental: cada número gira en torno a la recomendación de una película.
En Santiago, Manuel Calcagni nombró a su Cine Club Creavisión, y junto a sus colegas y estudiantes, organizaron ciclos de cine, conversatorios y podcasts sobre películas nacionales e internacionales. El trabajo junto a su taller de cine le significó a Manuel obtener el reconocimiento del Global Teacher Prize 2020.
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