¿Te gustaría apoyar la necesidades individuales de tus estudiantes a través del desarrollo de habilidades comunicacionales y mejorar así el bienestar en la escuela? Entonces este modelo orientado en los niños te puede interesar.
El modelo, que busca mejorar el bienestar al interior de la Escuela Lappee en Finlandia, está pensando en la idea de que los niños son y deberían sentirse como miembros iguales de la comunidad escolar. Y aunque todos los estudiantes estén en diferentes niveles de desarrollo, en Lappee lograron desarrollar este modelo en tres etapas/niveles de apoyo. Todas estas etapas están basadas en el aprendizaje de las emociones y el desarrollo de las habilidades de comunicación, especialmente en niños que tienen más dificultades al concentrarse o comportarse. Estas habilidades, dicen, son importantes pues ayudan a prevenir conflictos y a que los estudiantes enfrenten las situaciones complejas en comunidad de una forma constructiva. Esto, por ende, promueve el bienestar de toda la escuela. ¿Cómo implementar el modelo?
1. Definir el concepto de bienestar
Comienza con una discusión en toda la escuela sobre lo que significa el bienestar. Esto ayuda a encontrar prácticas comunes con las que todos puedan comprometerse. Las discusiones deben hacerse con adultos y niños. Algunas preguntas que se pueden plantear en esta discusión son: ¿qué elementos necesitamos para construir una mejor escuela?, ¿qué significa bienestar en el contexto escolar?, ¿cuáles son las fortalezas de la escuela?, ¿qué podría mejorar?
2. Evaluar la necesidad de apoyo
Define qué cosas promueven el bienestar en tu escuela y divide éstas en tres etapas de apoyo: general, intensivo y especial. Plantea preguntas como: ¿cómo puedo apoyar a los estudiantes que no reciben suficiente apoyo general? ¿qué métodos se usan para un apoyo intensificado y especial en la escuela? La escuela debe observar constantemente la necesidad de apoyo del estudiante y la adecuación del apoyo, y si es necesario, hacer cambios en la asociación con el niño y sus tutores.
La primera etapa es de apoyo general. En ésta, es muy importante definir las preocupaciones de los niños. Si el apoyo general no es suficiente para afectar el comportamiento del niño, se le asignan objetivos individuales.
La siguiente etapa es de apoyo intensivo. Los estudiantes deben practicar una habilidad comunicacional específica. El progreso hacia determinado objetivo se monitorea sistemáticamente. Antes de esto es importante verificar que el niño haya recibido suficiente apoyo general en la primera etapa.
La tercera etapa es de apoyo especial. Este tipo de apoyo a veces es necesario para dar un apoyo intensivo aún más individual que permita a los niños mejorar en sus habilidades.
3. Desarrollar habilidades de comunicación
Las habilidades comunicativas deben ser desarrolladas y éstas deberían ser enseñadas en la escuela tanto como cualquier otra habilidad. Éstas incluyen escuchar, conversar, hacer preguntas, agradecer, ayudar a otros, dar la bienvenida, entre otras cosas. En esta escuela en Finlandia, los niños aprenden a reemplazar comportamientos complejos con otras habilidades como el auto control, la negociación y mantenerse alejado de los problemas. Esto va de la mano con otras habilidades sociales que no se dejan de lado como reconocer los sentimientos de otros, expresar los propios sentimientos, entender las emociones de otros, controlar el enojo propio y el de los demás.
4. Prácticas orientadas en los niños
Con respecto a este punto, la escuela Lappee se basa en estos nueve métodos:
1. El modelo pro escuela, a través del cual se promueve el buen comportamiento con premios y retroalimentación positiva.
2. La cultura escolar orientada en las soluciones positivas.
3. La instrucción inclusiva.
4. El trabajo en equipo entre niveles diferentes.
5. La co-enseñanza en equipo, por ejemplo: un profesor de preescolar con uno de primaria, o un profesor de primaria con un profesor de educación diferencial.
6. El aprendizaje individual.
7. La pedagogía activa.
8. La participación.
9. Un día escolar flexible que incluye cosas como una hora de siesta o lecciones de 90 minutos que promueve el aprendizaje activo y orientado en los niños.
“El modelo nos ha ayudado a mejorar el bienestar y la satisfacción escolar de nuestros estudiantes y los casos de acoso han disminuido. Según nuestra última encuesta sobre bienestar, el 90% de nuestros estudiantes esperan venir a la escuela todas las mañanas”, afirma Hannele Heikkilä de la Escuela de Lappee en el sitio de la organización HundreD.
Sin duda es un método efectivo que ha servido para prevenir muchos elementos que entorpecen la armonía escolar como la exclusión social y el bullying. Esta metodología, que tiene como objetivo garantizar el bienestar de la escuela y convertir el aprendizaje en un momento de alegría para los niños, se sustenta bajo el apoyo emocional y comunicacional de los niños, lo cual ha permitido que ellos, en realidad, se sientan parte de la escuela. El modelo operacional ha sido un éxito, pero también es cierto que la implementación ha implicado mucho tiempo y compromiso. Aún así es una propuesta interesante que apunta a lo que muchas escuelas quieren llegar.
The Child-Oriented Model for Wellbeing, HundrED.
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