¿Qué papel cumplen los educadores en las primeras experiencias de escritura y cómo se pueden trabajar dichas experiencias?
A los dos años de edad, los niños empiezan a imitar el acto de escribir creando dibujos o marcas simbólicas que representan sus ideas y pensamientos. Esto se puede considerar como el inicio de una serie de etapas en las que ellos progresan a medida que aprenden a escribir. Estas primeras habilidades emergentes, según el National Center for Family & Literacy, son predictores importantes de las futuras habilidades que tendrán en relación a la lectura y la escritura. Por esta razón, las expertas en educación temprana, Teresa A. Byington y Yaebin Kim, aseguran en la plataforma Naeyc, que los educadores cumplen un rol determinante en el desarrollo de la primera escritura de los niños entre los 3 y los 5 años; son ellos quienes los alientan a comunicar sus pensamientos y registrar sus primeras ideas. En ese sentido, las experiencias de escritura al interior de las salas de clase, deberían ser una prioridad.
Tres dominios de la escritura emergente
Para comprender mejor el desarrollo de la escritura y apoyar el trabajo de los docentes con niños pequeños, diversos investigadores han propuesto un marco para explicar las prácticas de escritura emergente. El marco se compone de tres dominios: el conocimiento conceptual, conocimiento procedimental y conocimiento generativo:
El conocimiento conceptual incluye aprender específicamente la función de escribir. Esto quiere decir que los niños aprenden que la escritura tiene un propósito y que las letras impresas tienen significados a través de los cuales se comunican ideas, historias o hechos. Los niños aprenden, por ejemplo, que una señal roja con letras blancas dice “pare”.
El conocimiento procedimental es la mecánica de la escritura de letras y palabras. Por ejemplo: la escritura de nombres. Esto incluye factores como la ortografía y el conocimiento del alfabeto. En este conocimiento procedimental, es esencial aprender cómo se forman las letras y los sonidos asociados a las letras.
El conocimiento generativo describe las habilidades de los niños para escribir frases y oraciones con significados. En otras palabras, este conocimiento es la capacidad de traducir pensamientos en escritura, algo que va más allá de la palabra como tal.
El desarrollo de estos conocimientos
El interés de los niños por la escritura aumenta a medida que son expuestos a un ambiente donde ésta es una prioridad. En ese sentido, hay muchas cosas que los docentes pueden hacer ellos para lograr crear tal ambiente. Por ejemplo, recordar verbalmente a los niños que usen la escritura en las actividades de clase y proporcionar instrucciones de escritura apropiadas. Según mencionan las expertas, basadas en diversas investigaciones, los preescolares se benefician de estas experiencias, por lo que es útil incorporarla en la rutina diaria a través de ejercicios como escribir (o intenten escribir) sus nombres.
Tips para educadores
Para trabajar el desarrollo de la escritura emergente, Teresa A. Byington y Yaebin Kim sugieren algunos tips a los educadores:
1. Desarrolla una rutina al inicio y al final de cada sesión en la cual los niños escriban o intenten escribir sus nombres. En algunos salones de clase, o para algunos niños, la rutina puede comenzar con la escritura de la primera letra en lugar del nombre completo o con símbolos tipográficos.
2. La ayuda entre pares también puede ser una buena forma de trabajar el desarrollo de los procesos de escritura de nombres.
3. Promueve actividades de escritura de nombres a lo largo del día. Los niños pueden, por ejemplo, firmar su nombre al terminar una pintura.
4. Como los niños se benefician al ver que sus profesores escriben, las expertas sugieren, escribir frente a ellos mostrando el proceso. Es decir, en lugar de escribir algo en la mañana antes de que ellos lleguen, escribe el mensaje frente a ellos y léelo en voz alta.
5. Marca con palabras algunos elementos de tu sala de clase para llamar la atención de tus alumnos con palabras escritas. También puedes escribir frases relacionadas con la rutina de la clase como “lávate las manos antes de comer”.
6. Estratégicamente ubica materiales de escritura por toda la sala. Cosas como notas adhesivas, pizarras pequeñas, pizarras blancas, sobres, portapapeles, diarios, lápices, marcadores y papeles.
7. Crea oportunidades de escritura relacionadas con sus intereses. Involucrar a los niños en proyectos de escritura colaborativa.
8. Encuentra oportunidades de escritura que fortalezcan las conexiones entre el hogar y la escuela. Por ejemplo, alienta a las familias a crear libros en casa relacionados con un tema en particular.
9. Invita a las familias a compartir las actividades de escritura que sus hijos realizan en casa. Anima a los padres a establecer más rutinas de escritura.
Y tú, ¿qué harías para promover el desarrollo de la escritura con tus estudiantes?
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