Mara es una niña de 13 años que sueña con diseñar aviones. Un día conoce a un pequeño y misterioso personaje a quien debe ayudar sobrepasando más de una adversidad.
SOAR es un corto animado 3D escrito y dirigido por Alyce Tzue como proyecto de grado para la Academy of Art University en San Francisco, California. El corto, muy al estilo Pixar, inspirado en El Principito, cuenta la historia de una niña de 13 años llamada Mara, quien sueña con llegar a ser algún día diseñadora de aviones. Un día, cuando la frustración está a punto de cortar las alas de su imaginación, aparece un pequeño piloto que cae del cielo…
Asustado, el pequeño personaje destruye por error su aeronave, lo que imposibilita su retorno.
Intrigada por su misteriosa e inesperada aparición, Mara decide ayudar al piloto para que regrese volando a su hogar antes de que se quede atrapado en la Tierra para siempre. Pero la tarea no resulta nada sencilla. Una y otra vez, Mara y su amigo intentan distintas estrategias para solucionar el problema, pero ninguna de éstas da resultado. Triste y decepcionada, Mara y el pequeño personaje deciden rendirse hasta que… en el momento menos pensado, el viento sopla y pone ante los ojos de Mara un elemento que le permite encontrar la solución perfecta.
Así, con la ayuda de la niña, el piloto logra regresar al cielo para iluminarlo y se convierte en la excusa que ella necesitaba para seguir persiguiendo su sueño.
Además de poner en evidencia la importancia de intentarlo una y otra vez, SOAR ejemplifica varios elementos que son claves en un proceso de aprendizaje. El primero y más evidente es el error. El error como una oportunidad para aprender y resolver problemas con creatividad. Cuando Mara se equivoca, se siente desalentada, pero antes de rendirse absolutamente, decide enfrentar sus dificultades como desafíos. Eso la motiva y la lleva alcanzar metas que en un principio parecían imposibles. Pero esos desafíos no los resuelve sola. La aparición del pequeño piloto es un elemento clave en el proceso que enfrenta Mara, lo que pone en evidencia la importancia de la empatía y el trabajo en equipo, aceptar las ideas del otro y tomar sus dificultades como herramienta para superar los propios obstáculos. Otros elementos como la práctica, la observación del entorno y el tiempo, construyen parte del discurso pedagógico implícito de SOAR.
La práctica, porque evidentemente una de las cosas que la niña necesitó para ayudar a su amigo fue llevar la teoría a la práctica, hecho fundamental en el proceso de aprendizaje de cualquier estudiante. El tiempo, porque sólo éste permite explotar al máximo las capacidades creativas y la observación del entorno y todos los elementos que lo rodeaban, porque fueron éstos los que le revelaron la pista que necesitaba para encontrar una solución. Esto significa que todo lo que se aprende, por más pequeño que parezca puede llegar a tener una utilidad en algún momento de la vida y transmitir esto a los niños es clave para despertar su interés en el aprendizaje.
La historia de Mara no es una realidad ajena en las salas de clases. Un niño que se esfuerza y no encuentra el resultado puede eventualmente llegar a sentirse desmotivado. Por eso, está en manos de los docentes, impulsar a sus estudiantes para que ellos sigan adelante, para que entiendan el error como parte del proceso, y exploten sus máximas habilidades incluso en los momentos de mayor dificultad. Todos los niños necesitan un pequeño piloto que los impulse a creer en ellos mismos y alcanzar sus objetivos con perseverancia y consistencia para obtener resultados enriquecedores en el momento menos esperado.
Leave a Reply