En la comuna de Vicuña, una comunidad rural ubicada en la Región de Coquimbo a 539 kilómetros de Santiago, Ruperto Pizarro (50 años), profesor y director de la Escuela Edmundo Vidal Cárdenas, ha utilizado la cultura local para enseñar matemática a sus alumnos y potenciar al máximo sus habilidades. La estrategia que ha implementado se llama etnomatemática y se centra en la idea de entender esta ciencia como un elemento que influye en la forma como vemos el mundo y en reconocer la influencia de la cultura en la forma como entendemos la matemática.

Con esta metodología, ha conquistado a sus estudiantes y ha logrado incrementar su interés por la asignatura.

Pero Ruperto Pizarro no sólo se queda en la etnomatemática. También hace clases lúdicas acompañadas de historias, disfraces, risas, y todos los días sorprende a sus estudiantes con explicaciones contextuales y prácticas. Por ejemplo: con pizzas vegetarianas ha explicado fracciones; una visita al casino –fuera del horario de funcionamiento– le sirvió para enseñar probabilidades y una investigación de artistas chilenos de los años setenta del Cubismo, fue la invitación de Ruperto para que sus alumnos conocieran los ángulos.

Cantar en las clases, disfrazarse, imitar a personajes y utilizar títeres ha tenido efectos positivos en su aula.

El profesor también ha usado los medios de prensa, Internet y la música como herramientas pedagógicas. Todo esto le han permitido transportar a sus alumnos desde una realidad local, hacia una más global. Por eso, sus estudiantes valoran su entorno y tienen altas expectativas sobre ellos mismos y sobre lo que son capaces de lograr.

El trabajo de este docente (en un entorno rural y en una comunidad educativa con un 89% de vulnerabilidad), en conjunto con el del resto de la comunidad escolar, ha tenido además, un resultado concreto importante: la Escuela Edmundo Vidal Cárdenas aumentó significativamente la matrícula con respecto al año anterior. Muchos residentes de la localidad, con distintas realidades socioeconómicas, empezaron a buscar un cupo en esta escuela. Esta situación no sólo llamó la atención de las autoridades locales, sino también de personeros del Ministerio de Educación. La misma comunidad reconoció que este fenómeno se debía en parte a las estrategias didácticas y la etnomatemática implementada por el docente. Por su trascendental labor lo nombraron Hijo Ilustre de la localidad de Peralillo.

Aunque su labor se sitúa en Vicuña, su historia empezó en Santiago de Chile, en un contexto precario.

Este docente ya suma seis años dedicado a la educación en Vicuña y su inspiración para aportar desde las salas de clases, fueron los profesores normalistas que tuvo en sus primeros años de estudios. La pedagogía fue para Ruperto una vocación tardía, que descubrió después de estudiar diseño gráfico. Su interés por lograr que los niños y niñas puedan ser capaces de ser protagonistas de cambios sociales, nació después de recordar cómo fue su etapa escolar en un entorno precario y darse cuenta de que él podía ser un agente de cambio.

A Vicuña no llegó solamente por sus ganas de trabajar en un entorno alejado de lo urbano y con difícil acceso a la educación, o por su insistencia y ganas de aportar a la sociedad, sino porque esa zona también es conocida por ser la cuna de Gabriela Mistral, poetisa chilena y ganadora del Premio Nobel de Literatura (1945), que se inició como maestra rural en esas tierras. Un nexo inspirador que representa a aquellos que eligen dedicarse a la educación rural.

El trabajo de este docente no se queda sólo en las salas de clases.

Ruperto realiza charlas motivacionales para estudiantes, apoderados y docentes sobre la importancia de la comunidad educativa y el trabajo en equipo. Una labor importante en un entorno donde la tasa de escolaridad de los padres es baja y donde el 70% de las familias trabajan de temporeros de la uva, es decir, se dedican al cultivo por temporadas acotadas. También trabaja porque las tradiciones del pueblo sean parte del contenido de las materias del colegio, por lo que realiza un constante trabajo mano a mano con los vecinos del sector y con todas las organizaciones que ahí se desenvuelven.

Ese gran dinamismo y respeto por la cultura, ha sido una de las razones del aumento de matrícula, y del intercambio social y económico que se ha dado gracias a dicho crecimiento. Todo esto ha representado para Ruperto, un beneficio en torno a la convivencia escolar y los logros académicos. Por su dedicación y su esfuerzo que trasciende las aulas, Ruperto es hoy uno de los cinco finalistas del Global Teacher Prize Chile.