Ambos están terminando su carrera y en los cinco años que llevan estudiando jamás han tenido que pagar por la universidad gracias a la Beca Vocación de Profesor.
Nicolás Acuña y Romina Silva comparten la misma historia. Ambos están a punto de terminar sus carreras y ambos eligieron el camino de la pedagogía luego de tener experiencias a través de las cuales descubrieron que efectivamente podían y querían, por encima de todo, ser profesores. En el colegio, los dos tuvieron la oportunidad de hacer clases particulares: Nicolás daba clases de matemática, asignatura en la que tenía un talento innato y Romina hacía clases de inglés pues sabía bien que era buena en ello. Poco a poco, las ganas de enseñar fueron creciendo… Él descubrió lo lindo y gratificante que era ver cómo las personas a su alrededor –incluídos sus compañeros– aprendían lo que él transmitía. Y ella, inspirada también en una de sus profesorar –Isabel–, entendió que la decisión correcta no podía ser otra que elegir pedagogía.
Además de su amor y pasión, Nicolás y Romina comparten otra parte de la historia.
Ser buenos estudiantes no sólo les permitió ingresar a pedagogìa, también les permitió acceder a la Beca Vocación de Profesor, un beneficio del Estado que busca apoyar la formación de los futuros profesores. Su desempeño en la PSU (la Prueba de Selección Universitaria) fue lo que les permitió acceder a lo que ambos consideran, es un reconocimiento a su esfuerzo como estudiantes. En promedio, entre matemática y lenguaje, Nicolás obtuvo 680 puntos y Romina, 640 puntos. Por esta razón, los dos accedieron a la Beca Vocación de Profesor, beneficio que financia la matrícula y el arancel real de toda la carrera.
¿Qué significa esto?
Que estos dos jóvenes y futuros profesores, no han tenido que pagar un peso por la universidad, lo que sin duda ha aliviado una carga a la que muchos tienen que enfrentarse. “Esto me permitió centrarme netamente en el estudio por no tener que lidiar constantemente con una carga económica”, asegura Nicolás, quien también cree que este beneficio le permitió enfocar sus esfuerzos en sacar adelante y con creces, una carrera que necesita mucha paciencia y dedicación.
Por su parte, para Romina la beca fue una gran sorpresa, porque si bien la decisión de estudiar pedagogía la tomó antes de descubrir el beneficio, este “premio” le ha permitido estudiar sin preocuparse o preocupar a sus papás desde un punto de vista económico. Ésta, a su vez, le ha permitido, al igual que Nicolás, comprometerse con sus estudios de una forma más tranquila.
Hoy, Nicolás está terminando Pedagogía Media en Matemática en la Pontificia Universidad Católica de Chile y Romina está ad portas de terminar Pedagogía en Inglés en la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación.
Ambos han trabajado duro, primero, para cumplir con la excelencia académica que exige este beneficio y segundo para cumplir su sueño, el sueño de educar y transformar la vida de muchos niños y jóvenes. Y si bien son conscientes de que la Beca Vocación de Profesor es un incentivo importante para todos quienes quieren iniciar ese camino lleno de desafíos, también saben que lo fundamental es justamente asumir esos desafíos con responsabilidad, y sobre todo, con el entusiasmo, amor y compromiso, pues como bien señala Romina, “la pedagogía no es una carrera cualquiera, la pedagogía es una carrera en la que se necesitan muchas cualidades, entre esas, aguante, paciencia y sobre todo, PASIÓN”.
Si quieres saber en qué consiste este beneficios y cómo postular, ingresa a la siguiente nota.
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