Esta es la historia de Chelsea Haley una profesora estadounidense de 26 años, y Jerome Robinson, un estudiante de 12 años de edad.
Chelsea Haley es una profesora de 26 años que trabaja en Teach for America en Georgia, Estados Unidos, una organización sin fines de lucro cuya misión es desarrollar un movimiento para “eliminar la desigualdad educacional, enlistando a profesionales de excelencia en este esfuerzo”. Chelsea también es madre adoptiva de dos niños; uno de ellos se llama Jerome Robinson, tiene 12 años y su historia es muy especial.
Antes de llegar a la familia de Haley, Jerome hacía parte de la sala de clase de Chelsea y no era un estudiante fácil.
En múltiples ocasiones estuvo a punto de ser expulsado de Teach for America. Su conducta era muy complicada y para la profesora no era sencillo lidiar con ese comportamiento. De hecho, por él, muchas veces llegó a cuestionarse el ser profesora. Creía no tener las herramientas para lidiar con una personalidad como la de Jerome.
Pero el tiempo pasó y esta joven profesora se fue ganando su confianza, convirtiéndose así, en prácticamente la única docente capaz de comunicarse de una forma cercana con él.
Esa misma confianza le permitió a la profesora descubrir muchos aspectos delicados de la vida de su estudiante; Jerome vivía en situación de pobreza junto a su hermano menor de un año. Su madre no pasaba tiempo con ellos y su papá y su hermana habían fallecido.
Después de soñar con la posibilidad de hacerse cargo del cuidado de los hermanos, ocurrió una coincidencia. Jerome le preguntó si podía irse a vivir con ella.
Entonces, la profesora habló con su madre quien le pidió que se llevara a los dos niños. Y así lo hizo. Chelsea, quien antes luchó por conectarse con Jerome, hoy es su madre adoptiva y su principal apoyo emocional. El rol de esta profesora ha cambiado, pero no su interés por lograr que Jerome estudie y salga adelante. Chelsea ha demostrado a través de sus acciones, la manera como un profesor puede cambiar la vida de un alumno; ha demostrado que incluso fuera de la sala de clase, pueden generar un impacto que trasciende realidades y situaciones complejas como la de Jerome y su hermano.
Chelsea no se cansa de agradecer a todos quienes han valorado su actuar y en redes, comparte mucho de su cotidianidad junto a ellos. Este es uno de sus mensajes:
“Quiero agradecer a todos nuevamente por sus alentadoras palabras de amor y apoyo para nuestra familia. Los chicos y yo estamos abrumados de gratitud y nuestras sonrisas simplemente no desaparecerán. Debido a eso, entre la gripe en nuestra casa y faltar a la escuela esta semana por el resfrío, estamos tratando de ponernos al día con nuestras cosas de la vida diaria. Soy profesora, así que tengo mucho trabajo que hacer. Como mamá, tengo que cuidar a mis hijos y asegurarme de que Jerome esté preparado para sus dos exámenes el lunes en la escuela … ¡lo cual siempre es divertido con un niño de 14 años!”.
Fuentes: Semana
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